martes, 7 de julio de 2009

Despedida

PARA CANTAR

Hay un punto en el camino
donde se empieza a querer;
el que no lo vio no supo
cuándo, cómo, dónde fue.

Hubo quien lo vio y cayó
y aun después de caer
hizo otra vez el camino
para caer otra vez.

No hay manera de dejarlo
ni de salirlo a buscar;
es un punto en el camino
que tiene su caminar.

Nadie sabe las razones
de este empezarte a querer,
de este seguirte queriendo,
de este quererte después.

Que se devuelven los ojos,
que se devuelven los pies,
que se devuelven los sueños
adonde quiera que estés.

Yo tengo los pies enfermos
de un modo de caminar,
que se me devuelven solos
a donde quiera que estás.
Andrés Eloy Blanco

jueves, 2 de julio de 2009

QUÉ HICE

Por Yanet Roa

No entiendo qué pasa. Por qué Virginia y papá pelean, se empujan y me empujan. Oigo que me nombran. Ella dice que no tiene por qué agarrarme la mano. Yo no quiero que lo haga. Mamá se fue y no la he vuelto a ver, dicen que tampoco me quería. Cuando se despidió me dijo que la perdonara porque tenía que irse y no podía llevarme, que no la olvidara y que cuando yo fuera grande la comprendería. No me gusta estar sin ella, nadie me atiende y tengo que bañarme sola. Mamá decía que debía bañarme todos los días hasta que se cansaba, me tomaba de la mano, me desvestía y me bañaba. Siempre esperaba a que ella lo hiciera y listo. Ahora no es así, me baño cuando la mugre es mucha y me pica el cuerpo y huelo mal. Mi maestra me dice que tengo piojos, no lo sé, aun no he visto el primero, siento algo caminar por mi cabeza y pica, deben ser ellos, pero no sé cómo sacarlos. Las personas que viven en mi casa no se me acercan, sólo me regañan y me dicen que mamá debió llevarme con ella. Papá llega tarde todas las noches y debo hacerme la dormida o se pone bravo. El hambre no me deja dormir pero mamá me prohibió acercarme a la cocina para evitar el peligro. Busco pan o galletas (no son peligrosos) y nunca hay. En esos momentos recuerdo las arepitas con queso de mi mamá, hmmmm, tenían bastante mantequilla derretida que caía en el plato y yo la lamía cuando mamá no me estaba viendo. Las arepas de mamá sabían a gloria. No sé como sabe eso, pero la gente cuando prueba algo rico dice que sabe así.
Papá le dice a Virginia que la ama, y le pide perdón porque no sabe qué hacer conmigo. Tengo mucho miedo. Estamos en una avenida muy grande por donde están pasando muchos carros y mucha gente. Por favor no me dejes aquí papá. Prometo bañarme todos los días y dormir temprano aunque tenga hambre. Me tapo la cara con las manos, no quiero que la gente vea que estoy llorando. Papá me agarra y ella lo empuja, él me hala y me duele. Ya dejen de pelear por favor, la gente me mira. ¿Por qué Virginia se pone así? Yo no le he hecho nada malo. Si mamá viniera y me llevara con ella. Mami, ¿dónde estás? Papá, vamos para la casa, quiero esconderme debajo de la cama.Virginia sigue brava, papá la lleva de la mano y a mí también. Sin darse cuenta me está apretando mucho y me duelen los dedos. Pero no diré nada, prefiero que no se den cuenta de que sigo estando aquí. Gracias papá por no dejarme en esta avenida, no hubiera sabido a dónde ir. Probablemente, un loco me hubiera robado. Las personas que viven en la casa me dicen que si me porto mal me llevará el loco y debo haber hecho algo malo para que Virginia y papá peleen por mi culpa. En la avenida creo que había varios locos, vi señores muy sucios sentados en el piso. A lo mejor su mamá los dejó cuando eran muy pequeños y no aprendieron a bañarse solos todos los días.